111 años de Schmalz: de la herramienta de afeitado a la herramienta robótica

Cualquiera que siga a Schmalz en Instagram (@schmalz_de) ya lo habrá descubierto: 111 momentos de Schmalz en 111 años de historia de la empresa. Como si de una cuenta atrás se tratara, los hitos se dirigen a la fecha de referencia de noviembre de 2021. «La fecha de fundación es el 10 de noviembre de 1910. Sólo unos días después, se entregó el primer cargamento de hojas de afeitar en Stuttgart y Fráncfort», dice el Dr. Kurt Schmalz, nieto del fundador de la empresa y actual Director gerente. «Y hoy, 111 años después, desarrollamos sistemas de ventosas robóticos, el software correspondiente, tecnología de vacío y soluciones de manipulación.»

El producto de la primera hora fueron las conocidas cuchillas de afeitar «Glattis», fabricadas en Glatten, Alemania. En los años 50, la cartera de productos cambió por completo: a las cuchillas de afeitar les siguieron carros de transporte para equipaje y correo, así como escaleras para aviones. En 1984, el Dr. Kurt Schmalz asume la dirección de la empresa y se centra en la tecnología del vacío. En aquella época, los primeros componentes de vacío ya estaban en el mercado. La petición de una empresa de carpintería de un dispositivo de sujeción basculante fue entonces el impulso decisivo para que Schmalz siguiera desarrollando el principio de «elevación y sujeción con vacío».

Hoy en día, son los temas de la digitalización, la automatización incluso para el tamaño de lote 1 y el cambio demográfico los que impulsan a Schmalz en la técnica de vacío, teniendo siempre presente la idea de la sostenibilidad. Ya sea en la gestión optimizada de recursos o en el desarrollo de productos de ahorro energético para los clientes: Los expertos en técnica de vacío hacen móvil la elevación ergonómica y dejan atrás el nivel de hardware puro. Ponen sus conocimientos en soluciones de software, desarrollan componentes comunicativos y trabajan con gemelos digitales. «No nos limitamos a seguir las tendencias del mercado, sino que damos nuevos impulsos», dice el Dr. Schmalz.