Durante la visita de la Canciller: La empresa familiar Schmalz quiere "un cambio de rumbo en la política económica"

"¿Qué piensa hacer el Gobierno alemán para mejorar la economía?". preguntó al Canciller Tanja Keck, miembro del departamento de Compras, durante el debate. Y la situación económica de Alemania fue también el tema dominante de otras muchas preguntas de los aprox. 30 empleados de Schmalz.

"Muchos empleados están preocupados por la competitividad de las empresas familiares alemanas", afirma el Dr. Kurt Schmalz, socio gerente de Schmalz. "Necesitamos urgentemente un cambio de rumbo en la política económica". Sobre todo, la excesiva burocracia y la falta de flexibilidad están causando quebraderos de cabeza a la mediana empresa. "Si nuestros compradores tienen que invertir la mayor parte de su tiempo en comprobar que los proveedores cumplen la normativa, es que algo va muy mal", continúa el Dr. Kurt Schmalz. "Las empresas nos sentimos cada vez más frustradas por la política".

La política económica alemana es un escollo, sobre todo en la competencia internacional. "Estamos presentes en 31 delegaciones con 1.800 empleados en todo el mundo. Esto significa que competimos con China, que apoya a sus empresas de todas las formas imaginables", dice Andreas Beutel. "Las empresas alemanas luchan con armas contundentes en la actual política económica y energética". Lo que podría ayudar serían unas condiciones fiscales considerablemente mejores. "Las inversiones en innovación deben poder amortizarse ampliamente", prosigue Andreas Beutel.

Y el Dr. Kurt Schmalz añade: "China avanza a gran velocidad, mientras que las empresas alemanas se ven frenadas por los elevados reglamentos y los duros procedimientos de aprobación. Lo estamos experimentando actualmente con la construcción de una planta solar cerca de la empresa".

Los chinos también llevan la delantera en lo que respecta a los costes. "Los costes laborales en este país ya son demasiado altos", afirma Andreas Beutel. "Si a esto se añadieran más prestaciones sociales, sería imposible evitar la migración de la clase media a largo plazo".

En conjunto, la visita del Canciller fue un momento especial. "Un día histórico para Schmalz", dijo el Dr. Kurt Schmalz. "Ha sido un honor tener a Olaf Scholz como invitado. Estamos encantados de que haya dedicado su tiempo a escuchar nuestras preocupaciones y responder a nuestras preguntas."

Como regalo de despedida, el Canciller recibió chocolate de la Selva Negra y una ventosa especial fabricada por Schmalz - con ventosas de colores rojo, amarillo y verde. "Para que pueda seguir agarrado a la coalición 'semáforo'", comentó el Dr. Kurt Schmalz con un guiño al entregarle el regalo.